La carrera más importante, la del clima
Hacer deporte es bueno para vivir mejor y para morir más tarde. Es bueno para los músculos y para las neuronas. Pero también, y eso no es tan conocido, es bueno para frenar el cambio climático.
Un gran problema de la salud mundial es la obesidad y el sedentarismo. El deporte, resumiendo, es moverse. Y un gran problema para resolver el cambio climático es lograr una movilidad sostenible, una movilidad activa.
Una parte considerable de los humos de los motores de combustión, que envenenan la salud de las ciudades y del planeta, tiene que ver con que andamos menos de los razonable, cogemos poco la bici y demasiado los vehículos a motor. Una parte considerable de los humos de nuestros pueblos se emiten por vehículos particulares que van desde casa a la piscina, al bar o al campo de futbol. Para llegar a todos estos lugares, en ocasiones, solo tendríamos que andar ¡diez minutos!
Una parte considerable de la electricidad que mueve los ascensores se consume para llevar a personas, con buena salud y buenas piernas, que quieren subir, por ejemplo, al segundo piso ¡o bajar del primero!
Nuestro cuerpo está diseñado para moverse y el sedentarismo nos enferma y enferma nuestro planeta.
Además, hay una segunda razón para moverse por el clima: muchos deportes se practican peor con el clima hostil que trae la actual situación de emergencia. En las olas de calor, con las ciudades a más de cuarenta grados, no hay posibilidad de practicar ningún deporte al aire libre, no se puede entrenar. Sin nieve, tendremos que decir adiós a los deportes de invierno. Sí, el cambio climático daña la agricultura, provoca incendios, sequias… y también nos pone más difícil el disfrute de nuestros deportes.
Por otro lado, no podemos olvidarnos de la co-responsabilidad. El desafío climático es de tal magnitud que solo la acción de todos los sectores y de todas las personas tiene posibilidades para frenar las consecuencias más dramáticas del cambio climático. Por eso, también por co-responsabilidad, el sector del deporte debe hacer su parte. Sus eventos deben ser neutros, las equipaciones tienen que tener el menor impacto posible, las instalaciones deben ser bioclimáticas, los tejados de los pabellones deportivos deben estar cubiertos por paneles solares…
El sector del deporte debe ser un actor fundamental en la carrera más importante: la carrera hacia las cero emisiones netas. En esa carrera participan naciones, empresas, escuelas, universidades… Los deportistas, sus asociaciones, sus clubes y todo el entramado institucional y asociativo deportivo debe ser un actor fundamental en la carrera hacia el cero. La carrera más importante, ¡la del clima!
Víctor Viñuales
Director Ejecutivo de ECODES
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